top of page

un otro peyorativo en españa

En el siglo XIV, Don Juan Manuel estaba escribiendo sus cuentos de moraleja en su obra El Conde Lucanor, lleno de ejemplos de consejo del ayudable Patronio para su estudiante el Conde. Uno de los ejemplos más interesantes y famosos es el Ejemplo XXXV, en lo que un hombre musulmán se casa con una mujer brava de “muy mal carácter”, y los engaños de él para mantener control de su casa. Estos engaños incluyen violencia y crueldad horrible a los animales en la casa, y al fin del cuento el hombre ha matado a todos los animales para mostrar que su mujer no puede comportarse mal con él. Aunque todos en la historia piensan que el hombre es muy inteligente y listo para utilizar terror así, es importante notar que es un hombre musulmán en un cuento escrito y narrado por hombre católico, y que los otros personajes también son cristianos. En este ejemplo, Don Juan Manuel pinta un retrato de un árabe como alguien que necesita ser muy violento para obtener lo que quiere, y muestra el sentido del otro peyorativo que existía durante esta época en contra de los árabes.

 

Este sentido está enfatizado por los intentos inútiles por el suegro del hombre árabe; cuando él trata a matar a un gallo para mostrar a su esposa que él también es un hombre tan fuerte y violento que su yerno, y su esposa le dijo que es demasiado tarde a hacer algo así. La incapacidad relativa de un hombre cristiano a hacer lo mismo acto violento que un hombre árabe apoya la idea de que el mancebo es una persona totalmente diferente que los demás, y la única característica de él que es explícitamente diferente es que el mancebo es un musulmán. Al fin del cuento, Patronio da al Conde la moraleja de su ejemplo: “Si desde un principio no muestras quién eres, nunca podrás después, cuando quisieres.”

 

De esta moraleja, el lector puede deducir que el mancebo ha mostrado quién es, una persona muy violenta y horrible que va hacer cualquier cosa para mantener control de su casa, y que su suegro, por lo contrario, realmente es hombre débil y bueno. En una manera sutil, Don Juan Manuel presenta un personaje muy aterrador que se alimenta a los prejuicios que ya existían en la sociedad, un retrato del musulmán violento que robó a la Península Ibérica de los cristianos y que ahora está haciendo lo mismo a su mujer. Aunque no nadie dice explícitamente que el mancebo es un hombre de mal carácter, es fácil para el lector a decidir que él es una persona terrible, que apoya la idea del otro peyorativo en España medieval.

Fuentes:

Manuel, Don Juan. “Lo que sucedió a un mozo que casó con una muchacha de muy mal carácter,” Aproximaciones al estudio de la literatura hispánica. 7ª ed. Eds. Carmelo Virgillo, L. Teresa Valdivieso, Edward H. Friedman. New York: McGraw Hill, 2012: 42-46.

con Ejemplo XXXV de El Conde Lucanor
bottom of page